Devenir Gráfico

Llegar a ser o convertirse.

Tradicionalmente, el trabajo del artista visual era individual, solitario y no siempre llegaba a ser visto por el público.

Esta elección personal del quehacer artístico ha sido transmito de generación en generación tanto de manera explícita como por imitación.

Desde el último cuarto del siglo XX, la opción de lo colectivo fue tomando cada vez más fuerza.

El deseo de alcanzar espacios de exposición complicados para una sola persona, o la necesidad de poder solventar gastos de materiales o de salas, incluso el organizarse para dividirse tareas organizativas o de gestión hizo que el trabajo colectivo se fuera convirtiendo en una opción cada vez más buscada.

DEVENIR GRÁFICO surge también como una elección.

La soledad y el aislamiento de la pandemia del 2020 llevan a elegir y a elegirse para acompañarse, compartir, comparar, discutir y evaluar los trabajos de cada una de las artistas que lo componen.

Pronto comenzaron a surgir temas comunes, primeramente, medioambientales, luego los relacionados con los efectos personales de la pandemia.

En las producciones de Andrea Rodríguez Torres encontramos su admiración por la Vida en sus diferentes manifestaciones. Apela a la Naturaleza, reconociendo la belleza de sus proporciones, formas y colores sin tratar de imitarlas sino más bien celebrando su poética de perfección y resistencia.

También las obras de Ivone Tejerina encuentran su inspiración en la Naturaleza. Su inquietud por la problemática del daño ambiental y la búsqueda de una mayor concientización se ven reflejadas en sus grabados.

Si bien los trabajos aquí expuestos de Cecilia Vaccarezza hablan de la Naturaleza, a la artista no la inspira un tema puntual, todo lo que ve cuando camina o viaja se vuelve un reservorio de imágenes que resurgen al momento de trabajar.

Todo este enriquecimiento recíproco, este nuevo bagaje de conocimiento compartido es el motor para este DEVENIR. Al final, de eso se trata también el Arte.