"Encuéntrame"

El 9 de marzo, se estrenó encuéntrame.

La muestra que cuenta con la curaduría de Claudio Villarreal, contiene pinturas de Nadia Quiroz, Diana Ching y Graciela Mabel Scalerandi, y esculturas de Ariadna Maudet.

Desde las primeras décadas del siglo XX los artistas han dirigido sus producciones plásticas en un reiterado interés por su propia historia, su individualismo, sus búsquedas personales, introspectivas, o la necesidad de su definición personal. De este modo, los artistas que ahondan en estos temas, se sirven de su entorno cotidiano para crear.
Cuando se habla de esta búsqueda individual, en realidad a lo que se refiere es al concepto de Identidad.
Si bien mucho se ha dicho sobre este asunto, es importante destacar que éste es un tema transindividual, porque es la base de la compleja trama de relaciones que se establecen entre cada individuo dentro de sus prácticas sociales. Por eso, esta Identidad se crea desde el exterior a través del conocimiento (o no) con lo otro, o sea, desde la exterioridad y/o lo semejante.
A su vez, cada uno de los artistas es producto de un conjunto de situaciones, vivencias y herencias culturales, sean éstas sociales o familiares; producto de su historia única, dueño de ideas, sentimientos y formas de expresión propias. Por eso, el arte se vuelve una forma de estar en el mundo, de vincularse consigo mismo y con los otros.
De esto trata “ENCUÉNTRAME”. De la profunda necesidad humana de conocerse a sí mismo y a sus semejantes. De la búsqueda de una realización auténtica de su propia individualidad pero que lo liga con todas las demás personas y con su más pura sensibilidad.
Las obras que encontramos expuestas, forman parte de proyectos autorreferenciales que permiten el acercamiento a uno mismo a través de fragmentos y manifestaciones de momentos y relaciones con un otro. Estos mismos proyectos, suelen ir y venir entre lo privado y lo público, ya que el proceso creativo implica un trabajo completamente personal pero sin perder de vista el sentido de otredad. Es por eso que si bien las obras pueden tener un enfoque reflexivo, personal, siempre existe la posibilidad de que los demás puedan encontrarse y reconocerse a través de la empatía que pudiera suscitar en el espectador cada obra de arte, dejando, por ende, de ser un mero proyecto individual para convertirse en uno con una dimensión más colectiva.
El uso de referencias fotográficas por parte de las artistas implica conscientemente esta búsqueda de un plano más social, tratando de reinterpretarlas y resignificándolas, extrayendo de cada una de ellas la emoción que evocan en el alma dichas imágenes-recuerdo. Este es el caso de las pinturas de Graciela Scalerandi. No están pobladas por personas. Son paisajes que fueron habitados por ella, cargados de una significación muy personal, como si para verlas tuviéramos que utilizar sus propios ojos, los cuales nos llevarían a revivir cada espacio representado.
Por otro lado, las obras de Nadia Quiroz están llenas de personas, de familia (humana o animal) acentuando el carácter personal y emocional de la persona evocada a través de un uso muy particular del color. Acá la mera copia de la realidad no tiene ninguna seducción. No es el qué concreto lo que se intenta representar, sino el amor y la familiaridad que existe entre estas personas y la artista.
El fragmento también es parte constitutivo del recuerdo, de la evocación, de la resignificación. Por eso las pinturas de Diana Ching están construidas por trozos de realidades cromáticamente simbólicas. Ella es parte de esos momentos, pero para preservarlos, eternizarlos, necesita salir de ellos y, desde afuera (como nosotros ahora, frente a sus obras) verlos y atesorarlos.
La experiencia de lo vivencial mediante la escultura nos la presenta Ariadna Maudet con sus obras tridimensionales. Éstas no nos llevan solamente a otro momento o a otro tiempo, como pueden hacerlo las imágenes bidimensionales. Estas obras nos traen al ahora, porque nos presentan concretamente y de manera también táctil, los recuerdos y vivencias de la artista.
Con esta muestra, esperamos que quienes se acerquen puedan encontrar sus propios momentos, fragmentos de sus vidas, teñidas por colores y texturas propias, como las obras de estas 4 artistas que se unieron para presentar un pedacito de la memoria de su alma.

Texto curatorial: Claudio Villarreal